domingo, 27 de mayo de 2012

No. 6 Vol 4 Capítulo 4 Parte 1

El baile~

Esta parte va a ser una que tenga que revisar cuando vaya a colgar todo el capi, pero bueno xD



Capítulo 4
Un escenario de calamidad

Adorables señoritas, al igual que se elogia nuestra compasión, la justicia divina castiga severamente nuestra crueldad. Y para probar esto, además de daros un incentivo para erradicar toda la crueldad de vuestros corazones, también me gustaría contaros una historia encantadora llena de patetismo.
-Bocaccio, El Decamerón


Estaba caminando entre la hierba, en medio de una neblina húmeda y caliente. Podía verse los pies. Eran muy pequeños. La hierba era muy alta, le llegaba a los hombros.

Se dio cuenta de que estaba casi enterrado en aquella hierba porque era muy pequeño. Miró hacia arriba para ver el cielo azul, el cual estaba muy lejos y muy alto. El viento era muy tranquilo y muy caliente.

Le llamaron por su nombre.

Su nombre real. Hacía mucho desde la última vez que le habían llamado así. El aire cambió. La brisa movía las ramas de los árboles. El aroma de la hierba se hizo más fuerte.

¿Quién le había llamado? ¿Quién conocía su nombre?

Podía escuchar una canción. Y el zumbido de alas de insectos. Una sombra negra le pasó por delante. Primero una, luego otra, y luego otra más. Atravesando el cielo azul, había incontables insectos volando de un lado para otro, formando un anillo. En cuanto se acercó, salieron volando en todas direcciones y se volvieron a juntar en un punto.

Un baile.

Estaban bailando al son de la canción.

Ven aquí.

Podía escuchar una voz amable.

Déjame enseñarte una canción. Voy a enseñarte una canción que tendrás que seguir viviendo. Ven aquí.

Le llamaron por su nombre y le dijeron que se acercase. Era una voz que le provocaba sentimientos nostálgicos. Pero no podía moverse.

El zumbido de las alas se hizo más fuerte. No paraba de zumbarle en los oídos y el aire no paraba de zumbar con el aleteo. Sombras negras bailaban sin parar.

Oh, esto-

“¡Nezumi!”

Le hicieron volver. La canción, la voz que le llamaba, el zumbido del aleteo, el olor de la hirba, todo se desvaneció.

“¡Contéstame, Nezumi!”

Una luz tenue le atacaba los ojos. Le estaban poniendo un trapo frío en el cuello. Era muy relajante.

“Sion…”

“¿Estás despierto? ¿Puedes verme?”

“Más o menos.”

“¿Y sabes dónde estás?”

“En la cama…” dijo Nezumi despacio. “¿Me has traído tú?”

“¿Cuánto son tres más siete?”

“¿Eh?”

“Suma. Si a tres le sumas siete, ¿qué da?”

“¿De qué va esto? ¿Me estás haciendo un examen?”

“Limítate a contestarme. ¿Tres más siete?”

“Diez…” contestó Nezumi con aprensión.

“Vale. Bien. Siguiente - ¿cuánto es tres veces siete?”

“Sion, escucha-”

“Tres por siete. Contéstame.”

“Veintiuno.”

“Vale. A ver, ¿qué has cenado hoy?”

“Pfft, me pregunto si a eso se le puede llamar cena. He cenado dos trozos de patata deshidratada y un poco de leche de cabra. Y le he quitado una bolsa de galletitas rancias a Inukashi. Y casi me llevo un mordisco en el proceso.

“¿Estás mareado?”

“No.”

“¿Tienes  nauseas?”

“Me encuentro bien.”

“¿Tampoco te duele la cabeza?”

“Tampoco.”

“Puedes decirme – cuando te caíste, puedes explicarme la sensación que tuviste?”

Sion le estaba mirando con atención. Había un brillo tenso y determinado en sus ojos. Le hizo pensar en la superficie de un lago congelado.

“Soplaba… el viento,” empezó Nezumi indeciso.

“¿El viento?”

“El viento sopla, y se lleva las almas.”

El viento sopla y se lleva las almas, los humanos roban el corazón.
Oh tierra, viento y lluvia; Oh cielos, oh luz
Guárdalo todo aquí.

¿No había cantado algo así la aquella voz? Nezumi no podía acordarse bien. Pero tenía la garganta seca. Tan seca, que hasta dolía. Le pasaron una taza blanca. Estaba llena de agua limpia. Se la bebió de un trago. Al igual que las duchas que saciaban la tierra seca, el agua que se le ofreció fluyó en su interior, humedeciendo cada rincón. No podía expresar lo buena que estaba. Tomó aire y preguntó.

“Sion, ¿te preocupa que tenga daños cerebrales?”

“Bueno, te has caído redondo sin más. Tenía que asegurarme.”

Nezumi se llevó la mano al cuello. Con la misma mano, tocó su piel a través de la camiseta desgarrada. No había nada fuera de lo normal. O por lo menos, no había cambios que se pudiesen apreciar a simple vista.

“No ha sido una avispa,” dijo Sion mientras él exhalaba. “Ni tu piel ni pelo han cambiado. No es cosa suya,”

“Que pena. No estaría mal tener el pelo como tú.”

“No bromees con eso,” dijo Sion con dureza. “Puede que solo hayan sido unos minutos, pero has perdido la consciencia. No es para que te rías.”

“Me desmayado. Nada más.”

“¿Te has desmayado? ¿Me estás diciendo que te has desmayado y ya está?”

“¿Algún problema?”

“Nezumi.” Sion se sentó en la cama y volvió a exhalar.

“No te sobrestimes tanto.”

“¿Qué?”

“No te sobrestimes tanto. Eres un ser humano. Es normal que caigas enfermo o te hagas heridas. No lo olvides. No soy médico, y tampoco tengo conocimientos médicos – pero hasta yo puedo decir que conforme te has caído al suelo hace nada no ha sido un simple desmayo.”

“Gracias por preocuparte por mí. A lo mejor debería ir mañana al hospital a que me hiciesen un chequeo. Y si tengo que quedarme allí, me aseguraré de que me den una habitación VIP en la última planta, así que tienes que venir a visitarme.”

“Nezumi, no estaba de broma cuando he dicho-”

“¡Cállate!”

Estaba gritando, pero no sabía por qué. Ni su temperamento estaba fuera de control, ni odiaba a la persona que tenía delante. Pero no podía evitar la dureza en su tono de voz.

No quería que nadie se preocupase tanto por su bienestar. No quería que nadie se preocupase. No quería que se preocupasen por él. Sentimientos como la preocupación entraban con mucha facilidad en el marco del “amor”. No creía necesitar nada así. Podía vivir sin ello. Siempre lo había hecho. Era algo innecesario.

Pero Sion no sabía eso. Allí estaba él, cargado con aquel equipaje innecesario. Quizá era la ignorancia y la honestidad de Sion lo que le irritaba.

“No tienes los dedos entumecidos, ¿no?” continuó Sion. “Tampoco hay hinchazón…” Le cogió la mano de Nezumi que estaba sobre la sábana. Empezó a recorrerla con la punta de los dedos apretando de vez en cuando. Estaba buscando cualquier signo de entumecimiento o edema. Era como si los gritos de Nezumi no le hubiesen afectado para nada.

Así que no sólo era descuidado y cabezota – para rematar, también era duro de mollera.

Nezumi apartó los dedos de Sion y se levantó de un salto.

“Nezumi, no deberías levantarte-”

“Voy a ensañarte.”

“¿Eh?”

“Voy a enseñarte un baile.”                                      

“¿Qué dices? Deberías estar descansando-”

“Ven aquí, venga.” Nezumi cogió por el brazo a Sion y lo puso de pie a la fuerza. Le deslizó la mano por la cintura.

“¿Ves? Lo sabía,” dijo.

“¿El qué?”

“Que soy más alto que tú.”

“Mentira,” replicó Sion. “No hay casi diferencia.”

Nezumi se rio.

“Y bien, princesa. ¿Tiene experiencia bailando?”

“No.”

“Me lo imaginaba. Entonces empezaremos por los pasos básicos. Venga – espalda recta, barbilla arriba. No mires abajo.”

“Venga, déjalo ya,” protestó Sion. “No podemos bailar aquí. Además, es peligroso. Si nos ponemos a dar vueltas en un sitio tan pequeño vamos a tirar todos los libros.”

“No va a pasar nada de eso. Bien, gira aquí. Un paso atrás. Otro más, y gira. ¿Ves? Puedes hacerlo,” animó Nezumi.

“Me estás arrastrando tú.”

“Pero aun así lo haces bien. Tus movimientos son ligeros. Un paso atrás y gira. Bien, estás siguiendo el ritmo. Vuelve a repetir los primeros pasos. Sigue bailando – baila, Sion.”

Sion abrió la boca para decir algo, pero la cerró y se dejó llevar por Nezumi. Escuchó con atención la melodía que salía de los labios de Nezumi y siguió sus pasos. La llama de la estufa proyectaba dos sombras. Los pequeños ratones, acurrucados juntos, les miraban desde su posición encima de una pila de libros.

“¡Whoa-!” Sion tropezó y cayó de espaldas en la cama. Respiraba con dificultad y tenía la frente empapada en sudor.

“Un buen entrenamiento. Para bailar tienes que mover todo el cuerpo, ¿eh?”

“¿No lo sabías?”

“No. Imagino que ahora soy muy más listo. ¿Y bien?”

“¿Hm?”

“Estoy hecho polvo, y tú estás como nuevo. ¿Es lo que querías demostrar?”

“Podrías decirlo así.”

“Tienes mucha más energía, habilidades atléticas y resistencia que yo. Lo que quieres decir es que no eres de quién debería preocuparme, ¿no?”

“No quería ser tan obvio, pero-”

Sion se levantó. Se puso delante de Nezumi y alzó la mano. Fue un gesto rápido que no duro más de una fracción de segundo.

¿Eh?

Estaba cogiendo a Nezumi por el cuello. Ni siquiera era coger – simplemente, los dedos de Sion descansaban encima. Pero le recorrió un gran escalofrío. Era el mismo escalofrío que sentía una bestia cuando caía en una trampa.

“Creía que eso… iba a salir de aquí,” susurró Sion con aspereza. “Cuando caíste, eso fue lo que pensé. P-pensaba que ibas a morir. Nezumi, no es por ti.”

“¿Eh?”

“No me preocupo por ti por tu bien. Me preocupo por ti por mi propio bien – para liberarme de mis miedos.” Sion retiró los dedos. Nezumi se dio cuenta de que había estado aguantando la respiración todo el tiempo.

“Nezumi, ahí fuera aún hay muchas cosas que no conozco. Pero lo que sí sé,” dudo. “-es el miedo que me daría perderte. Seguramente esté más asustado de perderte a ti más que a cualquier otra persona – que cualquiera. Me da tanto miedo que no puedo soportarlo. Quiero asegurarme de que nunca te vayas de mi lado. No me importa si te ríes o te burlas de mí – es lo que siento.”

Aquello no era otra cosa más que una confesión de amor simple y directa.

No puedo vivir sin nadie – sin ti.

Era una confesión directa, evidente y estúpida. Sion, en ese momento, estaba cometiendo el gran error  de revelar su estupidez, su debilidad femenina, su fragilidad. Pero Nezumi se vio incapaz de burlarse o reírse de él. No era porque estaba abrumado por la sinceridad de Sion, ni porque Sion le hubiese conmovido con aquella confesión tan sincera.

¿Quién… es…?

“Buenas noches.” Sion bajó la mirada y pasó rápidamente por al lado de Nezumi.

“Voy a dormir en el suelo. Descansa esta noche, ¿vale? Has sudado mucho. Lo más seguro es que estés más cansado de lo que crees.”

“Vale-” a Nezumi le costó mucho decir eso. Una vez que la espalda de Sion había desaparecido en la oscuridad, se llevó la mano al cuello mientras respiraba con dificultad.

No he podido evitarlo.

No había podido evitar la mano de Sion. Era uno de los puntos débiles de una persona. Hasta una pequeña herida o un pequeño golpe podía costarle la vida. Pero no había podido apartar la mano que se había extendido para cogerle. Sion no había tenido intención de matarle. Pero Nezumi tampoco había bajado la guardia, ni había tenido intención de dejar que Sion le tocase.

No he podido evitarle. Yo, especialmente yo, me he dejado atrapar.

No había podido predecir, evadir o rechazar el gesto de Sion. Le había atrapado por completo. Si Sion hubiese sido un enemigo, si hubiese tenido intención de matarle, si hubiese estado sujetando un cuchillo – Nezumi habría acabado muerto. Sin que le hubiese dado tiempo siquiera a gritar, habría muerto. Le habrían matado.

Voy a conseguir que me maten.

Entre los sentimientos que habían despertado dentro de él cuando Sion le había tocado, ninguno había tenido rastro de amor o anhelo. Era miedo. Estaba aterrado. Nezumi había estado en numerosos peligros antes. No podía contar las veces que había estado acorralado y a punto de rendirse. Pero nunca había estado ante nadie que le dejase así, rígido e incapaz de moverse.

Esos ojos, esos movimientos, ese sentimiento opresivo.

¿Qué había sido eso?

Apretó los dientes.

Podía escuchar a los pequeños ratones correr por el suelo.

“Cravat, Tsukiyo, no hagáis ruido. Venid aquí.”

Sion estaba llamando a los ratones. Una vez que se detuvo el ruido que hacían las mantas al moverse y los ratones, no se escuchó nada detrás de las pilas de libros. El silencio les envolvió.

No puedo vivir sin nadie – sin ti.


1 comentario:

  1. pffff tu lado uke saliendo a flote nezumi? hahahhahaha ahora quien es el asustado, eh ratoncito?
    d'awwww Sion saco su lado seme!! >o< eso es sion!! atrapa a nechumi~!!!
    wahhhhh~ *¬* arigato por actualizar~!!

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